Presumiblemente, el terrorista era un hombre de 31 años de edad, de doble nacionalidad francesa y tunecina: Mohamed Lahouaiej Bouhlel. Su identificación fue encontrada en el vehículo. El conductor del camión no sólo lo condujo a gran velocidad a través de una multitud de personas, sino que también disparó contra ellos con un arma de fuego, hasta que fue abatido por disparos de la policía. Más tarde, en el camión se encontró una granada inutilzada y varios fusiles falsos.
Los ataques en Francia se asocian con los cambios en el equilibrio geopolítico en Europa después del referéndum sobre la retirada de Gran Bretaña de la Unión Europea. Los Estados Unidos incitan a los islamistas que están bajo su control en contra de la Europa continental. Las posibilidades de Europa de ganar una independencia geopolítica se incrementaron significativamente después de la votación del pueblo británico a favir del Brexit. Esto se corroboró en la cumbre de la OTAN en Varsovia, en la que Francia tomó la posición más moderada con respecto a Rusia.
A lo largo de las décadas pasadas, precisamente la CIA y la inteligencia británica, han nutrido al islamismo para contrarrestar la "amenaza soviética". Fue entonces, durante la Guerra Fría, y especialmente después de la invasión de Afganistán por las tropas soviéticas, cuando se estableció una base ideológica, los recursos y el marco institucional para las redes mundiales terroristas islámicas. En Siria, los estadounidenses también prefieren confiar en los islamistas. Supuestamente por accidente, las nuevas armas estadounidenses e israelíes terminan en las manos de los terroristas del DAESH. A pesar de la propaganda del DAESH, este grupo terrorista todavía no ha cometido ningún acto de terrorismo contra los Estados Unidos e Israel, y tampoco está poniendo en peligro la seguridad de estos países. Al mismo tiempo, el DAESH amenaza directamente a Rusia, Irán y China, los principales adversarios geopolíticos de Estados Unidos en Eurasia.
Los ataques en Francia son para demostrar que el país no puede garantizar por sí solo su propia seguridad. El propósito de los ataques es sembrar el miedo en la comunidad para desorientar y demostrar a las élites políticas las consecuencias de los intentos de llevar a cabo una política independiente. Además, los Estados Unidos refuerzan el control estadounidense sobre Europa apelando a la necesidad de una cooperación más estrecha con los Estados Unidos en el campo de la seguridad. Después de los anteriores ataques terroristas (París, Bruselas y tal vez, el supuesto accidente del avión con destino "París-El Cairo"), esta es otra demostración del hecho de que Europa es demasiado débil y no puede ejercer como un polo geopolítico independiente.