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En noviembre del 2013, comenzó en el centro de Kiev una protesta masiva conocida como "Euromaidan", que duró meses. Las protestas fueron una respuesta a la suspensión del gobierno Azarov de los preparativos para la firma del acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE. Al instante, a los manifestantes se unieron otras fuerzas que estaban, supuestamente, contra injusticia social, la corrupción, etc., y el escenario de la "Revolución Naranja" comenzó a hacerse realidad. A las protestas se unieron las organizaciones extremistas ultranacionalistas (como el "Sector derecho"), y los medios de comunicación occidentales de inmediato comenzaron a presentar el Maidán ucraniano en sus titulares como "la voluntad del pueblo de Ucrania en la plaza" contra el "gobierno oligárquico criminal de Yanukovich". La tensión entre el "pueblo" y su gobierno fue exacerbada deliberadamente. Menos de un mes después del inicio de las protestas, el campamento de los manifestantes en la Plaza de la Independencia en el centro de Kiev recibió la visita de Victoria Nuland, secretario de Estado adjunto de los EEUU, que expresó su apoyo a los líderes de la oposición y a los manifestantes.
La policía y los manifestantes se enfrentaron con regularidad, y el odio hacia el gobierno de Ucrania se desplegó de todos los medios posibles, incluyendo la publicación de investigaciones por corrupción del gobierno de Yanukovich en los medios occidentales, o la ocupación de edificios administrativos y oficiales. En enero del 2013, las autoridades de Kiev reconocieron que Ucrania está al borde del estado de sitio.
En febrero del 2013 lla situación se agravó considerablemente, cuando a oposición exigió un retorno inmediato a una forma parlamentaria-presidencial de gobierno, y la restauración de la constitución del 2004. El 22 de febrero, la Rada Suprema destituyó al presidente Yanukovich del poder. El nuevo gobierno rapidamente tuvo el reconocimiento por parte de la UE y los Estados Unidos. El nuevo gobierno estaba encabezado por el Primer Ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk. Ucrania estaba al borde del desastre económico. En Kiev y otras regiones (sobre todo en el oeste) crecen las organizaciones neonazis.
Para los Estados Unidos y Occidente en general, la unión de Rusia y Ucrania representa la principal amenaza para la ideología estadounidense y la formación de un polo geopolítico telurocrático fuerte, capaz de hacer frente a la doctrina unipolar norteamericana..
El Maidan bloqueó la posibilidad de reactivar el imperio euroasiático, pero ocurrió algo que no entraba dentro de los planes de Occidente: la llama de la primavera rusa estalló en el sureste de Ucrania...
El Sudeste no estaba de acuerdo con la forma en que el mundo occidental veía a Ucrania. El mundo ruso se puso de pie en contra de Occidente y la Península de Crimea se convirtió en el símbolo de esa lucha.
El 16 de de marzo del 2014, se celebró en Crimea un referéndum para la reunificación de la Península de Crimea con Rusia. En el referéndum votó a favor de la reunificación el 96,77% de los ciudadanos de Crimea y el 95.6% de los ciudadanos de la ciudad de Sebastopol. El 21 de marzo, después de la aprobación por la Duma del Estado y por el Consejo de la Federación de la legislación necesaria, Vladimir Putin firmó una ley para la unificación de la Península de Crimea y de Sebastopol a la Federación Rusa. De esta manera, se cumplió el antiguo deseo de los ciudadanos de Crimea, de Sebastopol y de todo el pueblo ruso. Todavía hay otras regiones, como las de la Nueva Rusia, que están esperando su liberación. Las repúblicas populares de Donetsk y de Lugansk también esperan su reunificación con Rusia.
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