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Rusia y Kazajistán son aliados naturales que constituyen el núcleo de la fuerza del polo euroasiático que se está formando en el espacio post-soviético. La integración de los Estados alcanzó un nivel muy alto. Un ejemplo de este hecho puede ser el apoyo de Nursultan Nazarbayev a los esfuerzos de Moscú y Ankara para la retirada de Turquía de la esfera de influencia de Estados Unidos y la OTAN.
Después del fallido golpe militar en Turquía, se ha producido una nueva formación del eje de la integración política, económica y militar a largo plazo. La alianza ruso-turca, incluyendo los países de la OTSC ( la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), liderada por Rusia, Turquía y Azerbaiyán, es el resultado de procesos objetivos de reestructuración de la arquitectura mundial.
Es posible que los nuevos miembros del bloque se vean afectados por la creciente presión de las redes de influencia occidental. Los acontecimientos recientes en Kazajistán y Turquía, así como los datos sobre la divulgación de grupos de seguidores de Gülen en Azerbaiyán, indican que los atlantistas aplican los máximos esfuerzos para retrasar la creación de dicho polo de Eurasia.
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