Clinton criticó fuertemente las posiciones de Donald Trump referentes a la política exterior. Recordemos que el 27 de abril, Donald Trump, al hablar en el Center for National Interests, dijo ser partidario del realismo en la política exterior y de la comprensión de los Estados Unidos no como una potencia hegemónica mundial, sino como un estado-nación, que toma decisiones junto con otras grandes potencias sobre los problemas de la humanidad. Desde el punto de vista de Clinton, este enfoque debilita a Estados Unidos. Sin embargo, Clinton jugó sobre todo con las emociones en vez de aplicar una crítica constructiva de las posiciones de Trump en política exterior. En particular, Clinton usó contra Trump la retórica expresiva y provocadora de este último. De hecho, en lugar de ofrecer una alternativa completa al programa de política exterior de Trump, Hillary pasó la mayor parte de su tiempo hablando de la incompetencia de su oponente en la política exterior y justificando sus acciones como secretaria de Estado.
Para atacar a Trump, Clinton utilizó frases de este último fuera de contexto. Al mismo tiempo, la mayoría de esas frases fueron sacadas de cualquier parte, pero no del discurso hecho del multimillonario en el Center for National Interests. Clinton alacanzó a acusar a Trump de dos pecados incongruentes: una posible participación de los Estados Unidos en la guerra nuclear y en apoyo de los países y regímenes que los EEUU consideran hostiles (Rusia, China, Corea del Norte) y un enfoque demasiado pacífico sobre estos "enemigos de los Estados Unidos". Además, la exsecretaria de Estado criticó a Trump por su actitud hacia los inmigrantes (musulmanes) y los mexicanos.
Sin embargo, Clinton ha demostrado que no puede defenderse de una serie de ideas importantes de esa doctrina de política exterior de Trump, porque simplemente no tiene argumentos para hacerlo:
1. La idea de Trump de reemplazar la aleatoriedad con el propósito, la ideología con la estrategia, y el caos con la paz. De hecho, Trump declaró fracasada la política exterior de Obama, Clinton y Kerry, basada en un enfoque ideológico, y propuso un enfoque realista. El enfoque de Clinton es ideológico, pero ella trata de no hacer demasiado hincapié en este hecho, lo que indica que esta política esta suficientemente comprometida.
2. Clinton no esta tocando el peligroso tema, para ella, de la anti-globalización de Trump. Recordemos que, hablando en el Center for National Interests, Trump dijo:
"No dejaremos a nuestro país o a nuestros ciudadanos prisioneros del falso atractivo de la globalización. El Estado-nación sigue siendo el único fundamento verdadero de la felicidad y la armonía ".
De hecho, Clinton no dice nada sobre esta tesis, ya que tendría que declararse a sí misma abiertamente como defensora de los intereses de la élite transnacional global, y no de los Estados Unidos como un Estado-nación.
3. Clinton no respondió a las preguntas que justifican la posición de Trump sobre la política y el intervencionismo de la OTAN: ¿Por qué los Estados Unidos intervienen en los conflictos donde los intereses de los Estados Unidos como un Estado-nación no son obvios? ¿qué beneficios trae la OTAN para los estadounidenses comunes y corrientes? ¿Por qué la OTAN no está luchando contra el terrorismo y los inmigrantes, que son una amenaza real, a diferencia de la mítica agresión rusaa? ¿Por qué necesitan esta estructura ahora? y si Europa la necesita ¿los europeos deberían pagar por ello ?y si no lo hacen ¿por qué los Estados Unidos deben mantenerla?
4. Clinton pasa por alto la cuestión clave para el futuro de los Estados Unidos y del mundo, de volver a formatear la economía internacional a través de mecanismos tales como las asociaciones Transatlántica y Transpacífica. Trump se da cuenta de que la política de librecambismo promueve la desindustrialización de los Estados Unidos y el deterioro de la situación de los estadounidenses comunes. Esta política es favorable para los intereses de las corporaciones multinacionales estadounidenses, que a través de nuevos mercados, mano de obra barata y mecanismos jurídicos de nueva creación para promover sus intereses, en contra de la soberanía de los Estados-naciones, minimizan los costos y maximizan los beneficios introduciéndose en otros países. Pero esta misma política es contraria a los intereses de los estadounidenses comunes y corrientes, ya que contribuye al desplazamiento de la producción a otros países y por lo tanto aumenta el desempleo y facilita el flujo de inmigrantes, que ocupan los puestos de trabajo restantes en Estados Unidos.
La conclusión: Clinton no tiene nada para defenderse de los argumentos en contra de la creación de las asociaciones Transatlántica y Transpacífica.
5. Clinton no se atreve a criticar la revolucionaria declaración de Donald Trump sobre su rechazo hacia los valores del universalismo y las políticas de imponer a la fuerza sus propios valores:
"En lugar de tratar de difundir los valores universales que uno no comparte y que no todo el mundo quiere, hay que entender que el fortalecimiento y el desarrollo de la civilización occidental y de sus logros, harán más para un cambio positivo en el mundo, que la intervención militar."
Al mismo tiempo, hablando de su experiencia en política exterior, Hillary Clinton olvida mencionar que esto incluye la guerra en Libia, que Obama admitió como un error propio, el posterior asesinato en Bengasi de los diplomáticos estadounidenses que "sabían demasiado", la organización de la "primavera árabe" junto con Qatar, y el consecuente crecimiento del extremismo islámico en todo el mundo.
La idea principal del discurso de política exterior de Clinton: los Estados Unidos mantendrán la condición de potencia hegemónica mundial, es "un país excepcional, y esperanza para toda la humanidad." En este caso, los dos oponentes principales declarados son Rusia y China. Contra estos dos paises Hillary tiene la intención de librar una lucha sin compromiso. Clinton dijo que si Estados Unidos renuncia a su papel como líder mundial, el mundo se sumergirá en el caos. Curiosamente, estos argumentos y la definición de los adversarios de Estados Unidos son exactamente los mismos que Zbigniew Brzezinski expone en su artículo "Global Realignment", publicado en abril, en la revista The American Interest. Brzezinski siempre ha apoyado a los demócratas, es decir, en el caso de Clinton su elección esta clara. Así, además de los neoconservadores, Clinton ha decidido confiar en las ideas de un viejo y odioso rusófobo que está entre los halcones liberales.